Pues
no, amiga mía. Entre las razones por las que no logramos lo que nos proponemos,
ni terminamos lo que comenzamos, está el no conocernos. Perseguimos, en
ocasiones, sueños que creemos querer con todo nuestro ser pero días, meses o años después lo dejamos; actuamos de
una u otra manera evitando el qué dirán y con suerte, cuando el alma grita
autenticidad, te das cuenta que nunca has sido realmente tu misma.
Darte
cuenta de que no estás siendo tú misma es un gran avance, si estás en este
punto FELICIDADES porque ese es el
paso más importante: Darte cuenta.
Ahora
te toca hacerte cargo, actuar.
Aquí
te dejo algunas prácticas que te ayudarán a avanzar hacia la meta más grande e
importante que puedas tener: conectar con tu esencia.
1.-
Calma tu mente; no eres lo que piensas.
Recibimos infinidad de pensamientos en el transcurso del día y la mayoría forma
parte de esa “basura” que debemos sacar de nuestra vida. Nos limita a ser las
grandiosas mujeres que somos. La meditación es una buena idea para encontrarte
en el silencio de tus pensamientos.
2.-
Respira. Ser consciente de tu
respiración es primordial en este camino de autoconocimiento. Siente como fluye
el aire por tu cuerpo. Haz de este hábito una práctica diaria.
3.-
Sé Presencia. Ocúpate de estar
presente, con todos tus sentidos, en cada instante de tu vida; de esta manera
comenzarás a ver lo que el caos diario no te deja y te reconocerás en cada
faceta. Comenzarás a vivir realmente.
4.-
Presta atención a tus reacciones. Cómo
actúas en la vida diaria. Qué emociones te generan las actitudes de los demás:
alegría, tristeza, dolor… Hazte consciente de ti, deja de reaccionar a los
estímulos sociales.
5.-
Decide. Qué quieres en tu vida, qué
te hace sonreír. Sólo eso vale la pena; más allá de los títulos y las
apariencias. Disfruta de ti.
6.-
Actúa conscientemente. Cuántas veces
no te has arrepentido de lo que has dicho o hecho en un momento de “rabia”. Una
vez que te conoces tomas las riendas de tu vida y cada acción será un reflejo
de tu verdadero ser.
Cuando
puedas diferenciar qué pensamientos provienen de ti (no de tu mente), que
patrones de tus padres estas repitiendo y cuáles conductas son aprendizajes
sociales, sabrás quién eres y por ende, también podrás avanzar hacia el cambio
que quieres.
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